parábola de Aguas

Una vez, hace tiempo, Khidr, maestro de Moisés, dirigió al género humano una advertencia. En cierta fecha, dijo, todas las aguas del mundo que no hayan sido especialmente guardadas desaparecerán. Ellas serán entonces renovadas con diferente agua, la que enloquecerá a los hombres.

Sólo un hombre prestó oidos al significado de esta advertencia. Juntó agua y fue a un lugar seguro donde la almacenó, y espero a que el agua cambiara sus características.

En la fecha indicada los torrentes dejaron de correr, los pozos se secaron, y el hombre que había escuchado, viendo lo que estaba ocurriendo, fue a su refugio y bebió del agua que había guardado.

Cuando vio, desde su seguro albergue, que las caídas de agua nuevamente comenzaron a correr, descendió, entremezclándose con los otros hijos de los hombres. Comprobó que estaban pensando y hablando en forma completamente diferente de la anterior; ni siquiera tenían memoria de lo que había sucedido, tampoco recordaban haber sido prevenidos. Cuando trató de hablarles, se dio cuenta de que ellos pensaban que él estaba loco, mostrando hostilidad o compasión, en lugar de comprensión.

Al principio no bebió del agua renovada, sino que regresó a su refugio para procurarse su provisión de todos los días. Pero, finalmente, tomó la desición de beber la nueva agua porque no pudo soportar la tristeza de su aislamiento, comportándose y pensando de una manera diferente del resto del mundo. Bebió la nueva agua y se volvió como los demás. Entonces olvidó completamente todo lo referente al agua especial que tenía almacenada; y sus semejantes comenzaron a mirarle como a un loco que había sido milagrosamente restituido a la cordura.

(Versión de Idries Shah, "Cuentos de los derviches")

parábola de Aguas

Véase también

El Silicio en los Seres Humanos
El uso de bicarbonato de sodio
El Silicio en los Seres Humanos
Agua
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